Espacio de divulgación académico-científica en el área de Educación Superior dirigido por Dr. Fernando Pablo Nápoli
Hace muchos años que escucho la misma pregunta en el marco de la misma confusión personal acerca de los procesos y procedimientos de investigación. Los profesores de los seminarios metodológicos trabajan mucho y bien con cada alumno, pero una vez finalizada la cursada, en la soledad del trabajo fundamental, aparecen incertidumbres, espacios vacios entre las ideas y la plasmación de la misma en un todo organizado.
Cada alumno es un universo de ideas, cada alumno es una promesa consigo mismo de ser investigador, cada alumno es un abigarrado conjunto de potencialidades, y en ese contexto, todos ellos armadores del conocimiento.
Presta atención: “hacete fuerte desde tu campo disciplinar y tiende puentes hacia el objeto del recorte temático”. Esa es mi respuesta inicial. Pero cada alumno es un ser único a la hora de investigar, y requiere una orientación específica que cada director de tesis debe proporcionarle.
Bien, luego de estas conceptualizaciones volvamos a nuestra pregunta inicial…
Comiencen a escribir su tesis desde el campo disciplinar que dominan por su historia académica.
Segunda opción, si se van a adentrarse en un terreno que mucho no dominan (pero los seduce intelectualmente), asegúrense de tener un director con la capacidad suficiente para asignarles las tareas complejas que el campo demande. Escuchen al director y comiencen la ruta del conocimiento guiado.
Tercera opción, cuando definen el campo de abordaje, consideren el cumulo de debilidades que puedan neutralizar con mucho estudio, siempre considerando en forma pormenorizada las señas que les envía el director.
Cuarta opción, la dejamos para otra editorial, tienen demasiado para reflexionar hasta aquí.