Espacio de divulgación académico-científica en el área de Educación Superior dirigido por Dr. Fernando Pablo Nápoli
“CERTEZA: Adhesión de la mente a un juicio que considera verdadero. Se distinguen la certeza subjetiva y la certeza objetiva. En el primer caso se trata de la certidumbre intuitiva, que no ha sido probada o sometido a demostración. En este sentido, podría asimilarse la certeza subjetiva a la creencia. La certeza objetiva se establece, por el contrario, basándose en argumentos racionales o en verificaciones empíricas. En rigor, sólo se puede hablar de certeza en este segundo sentido.”
Diccionario de las Ciencias de la Educación, Editorial Aula Santillana, México, 1996
Siempre estamos balanceándonos entre las definiciones y el acontecer de la práctica docente en la vida cotidiana, en nuestras aulas, en las instituciones que nos acorralan, que nos interpelan despiadadamente con el comienzo de cada introducción a un tema.
Temas prescriptos en el curriculum y muchas veces distanciados sensiblemente del mundo real de nuestros alumnos. En el fondo se trata de construcciones intelectuales propias de una atomización de nuestra versión encapsulada del mundo, versión trágicamente representada de escenarios colmados de entelequias y prácticas necesariamente obsoletas.
Estamos donde queremos estar (por un impulso ajeno a nosotros) construyendo y deconstruyendo saberes, en el marco de nuestras transgresiones y ordenamientos académicos, siempre intentando enseñar, pocas veces enseñando algo, así somos un cúmulo de soledades excéntricamente volubles, somos el empuje y la retracción, somos lo previsible y la fuga perfecta de una condición claramente humana: Comprometernos con nuestra propia práctica docente.
El diccionario nos dice algo, la vida ¿quién sabe? ¿No?