Espacio de divulgación académico-científica en el área de Educación Superior dirigido por Dr. Fernando Pablo Nápoli
Nuestra relaciones educativas, tal cual hoy las concebimos y conocemos (al menos en esta coyuntura planetaria), transitan derroteros ajenos a nuestras certezas del acto de educar en espacios compartidos de intercambio intelectual.
El barbijo como objeto tecnológico propio de las ciencias de la salud, traza su eje de traslación hacia un territorio masivo de lo dialógico en el campo social (amplio e indiscriminado) en forma general y en campo educativo en particular, el barbijo mediatiza el gesto corporal y la palabra sonora y simbólica, nos remite a ponderar la barrera, como lo naturalizado, lo necesario, lo conveniente, indispensable, lo cuasi salvífico.
El aula nuestro espacio de prolongación profesional para aprender, conversar, debatir, conocernos e identificarnos, tiene sus barreras artesanales o industrializadas, barbijo, solo barbijo, un objeto que cobra valía a la hora de compartir lo que más amamos: darle existencia a todas las dimensiones de la vida universitaria y sus funciones básicas.
Ya el mundo virtual esta colmado de conjeturas, visiones, enfoques, sentencias ( en el caso de los menos libertarios), pero intentemos en este marco proyectar acciones capaces de conservar la sustancia nuclear de enseñar en la universidad.
Estimo poco feliz, abrir una disputa entre los virtualizadores (que hoy están de fiesta consolidando sus mega negocios empresarios) y los presencialistas, sugiero que como colectivo de docentes e investigadores, escapemos a entronizar simbólicamente el objeto tecnológico llamado barbijo, dándole su lugar como tal, y prorizando que vamos a poner en agenda ideas y acciones concretas para reinventarnos como un actor más de la vida universitaria.
La pedagogía y la didáctica como campos disciplinares muy diferentes pero altamente interconectados, tal vez nos impulsen a decirnos a nosotros mismos, cuestiones que hemos silenciado por confort epistémico.
Son solo algunas ideas que se traducen en grandes interrogantes.