Espacio de divulgación académico-científica en el área de Educación Superior dirigido por Dr. Fernando Pablo Nápoli
Anfiteatro “Patricias Puntanas” junto al monumento a los “Bravos Puntanos” en la ciudad de Las Chacras, San Luis, Argentina.
La producción académica en las maestrías y doctorados (referenciando la cuestión al campo de las ciencias de la educación), se ha tornado en los últimos años en una cuestión de abordaje desde múltiples perspectivas. Nos ocupa hoy, dejar planteadas algunas centralidades.
En los abundantes diálogos que mantenemos con nuestros alumnos de maestría y de doctorado, emergen preocupaciones que se debaten entre distintas formas de hacerse responsable sobre los procesos de creación intelectual. Una espiral de entretejidos que a modo de argamasa sustentan desconciertos, temores y dudas recurrentes, que van desde las capacidades individuales hasta las condiciones institucionales en donde anclar esas producciones científicas. Este juego entre lo individual y lo institucional, se inscribe hoy en la agenda universitaria como un riso recursivo.
“Hacer la tesis”, como se habla en lo cotidiano, pone en debate cómo estructuramos y desarrollamos la educación de cuarto nivel ¿Qué se espera de una tesis de maestría? ¿Qué se espera de una tesis de doctorado? Respuestas en papel a nivel de esclarecimiento conceptual sobran en las reglamentaciones y los contenidos teórico-prácticos brindados por los docentes del seminario o taller de tesis. Reglamentos y conceptualizaciones tenemos por demás.
La otra tarde con un grupo de alumnos de doctorado, les hacia una pregunta que cada vez que se formula se abre el dialogo (posterior al silencio profundo)
¿Qué es lo más significativo hoy para ustedes en su vida académica?
La respuesta es instantánea: “Escribir la tesis”.
Sobre esa respuesta repregunto: ¿Entonces por qué es la actividad a la que menos tiempo le dedican en lo cotidiano? ¿Alcanza un domingo a la tarde para hacer investigación científica?
Allí surgen las respuestas, desordenadas, superpuestas y enfáticas: Tenemos mucho trabajo docente, mucho trabajo de gestión, la familia, etc.
Si algo es tan relevante en la vida académica de un docente, ¿no será tiempo de reorientar el criterio de relevancia?
Sigamos pensando, pero en acción.